
¿Cómo imaginas que es estrenar en una noche de lujo, hacer uso por primera vez de las instalaciones renovadas del Hotel Palace alojándote en una de sus suntuosas habitaciones?
Encuéntralo ahora con el nombre The Palace, englobado en el grupo A Luxury Collection de Marriott Bonvoy, en el epicentro del Madrid elegante y culto, el número siete de la plaza de las Cortes, con sus ciento doce años de historia. No por nada el edificio del Palace forma parte, con la categoria de monumento protegido, del listado de la dirección general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid desde abril de 1999.
La reforma llevada a cabo por los estudios Ruiz Larrea Arquitectos y Lázaro Rosa-Violán —en la que ha participado Grupo Las Rosas con la calidad de sus piezas y trabajo— hace que el Palace regrese al pasado de su estreno gracias al respeto historicista que se ha impuesto en el proyecto; eso sí, combinando con ello la implantación de servicios y comodidades acordes a los tiempos que vivimos actualmente. Durante su reforma, el Palace no cerró en ningún momento, ya que la obra se realizó por fases, por plantas y espacios comunes. Puede que la fase más traumática fuera la fúltima, en la que la puerta principal y su señorial recepción fueron intervenidas, obligando a crear una entrada alternativa temporal por la Plaza de Neptuno.


Catorce meses de obras precedieron la inauguración del Palace el 12 de septiembre de 1912. Ahora han hecho falta veinticuatro meses de obras, y noventa millones de euros, para esta intervención. El principal reto ha sido el propio edificio debido a su catalogación patrimonial porque, además, su historia está estrechamente vinculada a la vida y la sociedad madrileña e incluso española, pero también a las personalidades que lo han habitado y a los relevantes acontecimientos que han cobijado sus muros. “Trasladar esa herencia histórica a un lenguaje contemporáneo ha sido lo más complicado y ha requerido mucho estudio, esfuerzo y respeto de todas las partes implicadas”, explica el estudio de Lázaro Rosa-Violán. Entre las partes implicadas encontramos a Archer Hotel Managemental, el cliente, a los estudios Ruiz Larrea Arquitectos (reforma del edificio), PGI (ingeniería), Artec (iluminación) y Lázaro Rosa-Violán Studio (interioristas). “Entre todos unimos fuerzas para dar solución a los requisitos marcados por Patrimonio, pero también para trasladar y plasmar los altos estándares de la firma”.

A la vista de los resultados, sin duda ha sido un gran aunque duro trabajo. Puedes ver imágenes de los interiores en nuestro portfolio.
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